En este artículo hablaremos sobre cómo influye el mal uso de las redes sociales en nuestra salud mental.
En los últimos años, las redes sociales han transformado nuestras vidas y ya son una parte importante de nuestro día a día. Estas plataformas nos permiten relacionarnos, expresarnos y conocer el mundo que nos rodea.
Si las usamos de manera adecuada pueden sernos muy útiles y beneficiosas. Pero hacer un mal uso de ellas puede conllevar efectos perjudiciales para nuestra salud mental.

Consecuencias del mal uso de las RRSS
Sentimientos de ansiedad y frustración
Las fotografías y los vídeos que vemos habitualmente en ciertas redes sociales reflejan vidas aparentemente maravillosas. Pero debemos ser conscientes de que estas imágenes suelen ser poco realistas y nos muestran una visión distorsionada y superficial de la realidad.
Creer que todo lo que aparece en las redes es real puede generarnos sentimientos de ansiedad y pesimismo. Podemos pensar que nos estamos perdiendo cosas mientras los demás disfrutan de la vida.

Es importante tener en cuenta que las personas solo exponen en las redes aquello que quieren enseñar. Y, por tanto, solo vemos una parte de su realidad.
Estar comparando continuamente nuestras vidas con todo aquello que observamos a través de la pantalla del móvil, puede causarnos sentimientos de desesperación, frustración y auto-rechazo.
Adicción a las RRSS
El uso abusivo de las redes sociales puede llegar a desencadenar adicción. Y, aunque pueda parecer una adicción inofensiva, sus consecuencias pueden ser igual de devastadoras que las de cualquier otra adicción.

La adicción a las redes sociales puede causar trastornos psicológicos como: ansiedad, pérdida del autocontrol, problemas de autoestima, aislamiento, depresión, etc.
Además, interfiere en la vida social y la daña porque no se le presta la atención necesaria. El adicto deja de lado obligaciones, trabajo, estudios, aficiones, relaciones con amigos y familiares, etc. porque las redes pasan a controlar su vida.
Algunos comportamientos que pueden ser indicios de adicción son los siguientes:

- Necesidad compulsiva de estar constantemente conectado para saber lo que hacen los demás o para no perderte nada.
- Nerviosismo y ansiedad cuando, por cualquier motivo, no puedes conectarte a las redes sociales.
- Necesidad de conectarte a las redes nada más despertarte.
- Necesidad de revisar frecuentemente las redes sociales y de estar pendiente de sus notificaciones.
- Sentimiento de ansiedad cuando no llevas el teléfono móvil contigo.
- Necesidad de fotografiar y publicar todo lo que te sucede.
- Ansiedad y malestar por no tener suficientes “me gusta” o suficientes seguidores.
- Necesidad de contestar al instante a los mensajes y comentarios recibidos.

Baja autoestima
Las redes sociales pueden perjudicar nuestra autoestima de diferentes maneras. Por una parte, la gran cantidad de imágenes manipuladas que se difunden nos transmiten expectativas poco realistas sobre cómo podrían o deberían ser nuestras vidas.
Nos muestran estilos de vida y estereotipos de belleza inalcanzables. Y saber que no podemos cumplir con estas expectativas puede afectar negativamente a nuestra autoestima.

Por otra parte, muchas personas exponen sus vidas en la red a través de fotos, vídeos o comentarios, esperando recibir unos cuantos “me gusta” a cambio.
A todos nos gusta que los demás tengan una opinión positiva sobre nosotros. Pero dejar que nuestro valor personal dependa de la aprobación de otras personas puede ser perjudicial para nuestra autoestima y peligroso para nuestra salud mental.

Problemas de sueño
Utilizar las redes sociales en el móvil, la tableta o el ordenador antes de acostarse está relacionado con un sueño de mala calidad.
Las luces de las pantallas pueden interferir en los procesos naturales de nuestro cerebro que nos producen la sensación de somnolencia por la noche. Lo cual provoca que se tarde más en dormir y terminemos durmiendo menos horas.

Trastornos de la imagen corporal
Las redes sociales han agravado la problemática sobre la idealización de la imagen corporal. No es nada nuevo que, a través de la publicidad, nos intenten inculcar cánones de belleza poco realistas utilizando imágenes editadas y retocadas.
Pero, en los últimos años, las redes sociales han multiplicado este problema. En ellas podemos encontrar millones de fotografías que imitan los estereotipos del “cuerpo perfecto”, lo cual hace que aumenten las posibilidades de compararnos.

Esto puede suponer un grave problema para aquellas personas que dan excesiva importancia a su apariencia física. Ya que, a través de la comparación constante, se incrementan las preocupaciones sobre la imagen corporal y se generan sentimientos de vergüenza y ansiedad.
La obsesión por alcanzar unos cánones de belleza que no son realistas puede dar lugar a trastornos psicológicos como anorexia, vigorexia, trastorno dismórfico corporal, etc.
Además, al intentar imitar estos patrones, estamos renunciando a nuestra identidad individual para pasar a convertirnos en una simple copia más.

Ciber-acoso
El ciber-acoso se ha multiplicado con el aumento del uso de las redes sociales. El anonimato y la falta de seguridad facilitan que se puedan transmitir mensajes ofensivos y violentos a través de estas plataformas.
Además, las aplicaciones de mensajería instantánea también han facilitado que aumente el ciber-acoso. Estas aplicaciones permiten que los mensajes se difundan muy rápidamente y a gran escala. Y esto puede convertirse en un problema cuando se usan para perjudicar a otras personas.

Entre los más jóvenes, las redes sociales también han contribuido a empeorar los problemas de bullying.
El acoso que antes solamente podía darse en el entorno escolar, ahora puede llevarse a cabo también a distancia. Las víctimas de bullying pueden recibir mensajes amenazantes de manera continua, incluso aunque estén lejos de los agresores.
Impacto emocional de las fake news
Las fake news o noticias falsas también pueden afectar a nuestra salud mental. Se trata de informaciones falsas creadas para manipular a la opinión pública.
Su difusión es una problemática muy frecuentes y preocupante en la actualidad. Y también se pueden propagar a través de las redes sociales.

Este tipo de “noticias” están diseñadas para causar un fuerte impacto emocional en los lectores y pueden desencadenar sentimientos de ira, miedo o tristeza.
Además, el hecho de reconocer que las noticias son falsas puede provocar sentimientos de enfado y frustración en los lectores, ya que pueden sentirse impotentes ante los intentos de manipulación que sufren a través de este tipo de “noticias”.
Aislamiento y deterioro de las relaciones personales
Estar conectados continuamente a las redes sociales conlleva que dediquemos menos tiempo a los otros aspectos de nuestra vida y empobrece nuestras relaciones personales.

Cuando prestamos más atención a las pantallas que a lo que ocurre a nuestro alrededor nos estamos desconectando de la realidad. Y, actuar así, hace que nos mantengamos aislados de nuestro entorno aunque estemos rodeados de gente.
Aislarnos durante periodos prolongados y continuos puede ser peligroso para nuestra salud mental y puede contribuir al desarrollo de trastornos psicológicos.
Además, aunque las redes sociales nos permiten relacionarnos con muchas personas, debemos tener en cuenta que esta forma de socializar es más superficial y no crea el mismo vínculo emocional que las relaciones sociales auténticas.

En ciertas redes sociales existe una atmósfera de competitividad social en la que lo más importante es destacar sobre el resto.
Se ha creado una necesidad desmesurada de mostrar a los demás lo felices que somos, el éxito que tenemos o lo interesante que es nuestra vida. Y conseguir likes y seguidores se ha convertido en una prioridad para muchos usuarios.

Esta competitividad y esta obsesión por la imagen pueden llevarnos a la búsqueda del perfeccionismo y desencadenar sentimientos de ansiedad y frustración.
La pretensión por realizar videos y selfies que llamen la atención, también conduce a que se lleven a cabo conductas de riesgo que ponen en peligro la integridad de la personas.
Además, estar pendientes de las redes sociales continuamente para comprobar nuestro nivel de popularidad puede desencadenar adicción.

Como hacer un uso adecuado de las RRSS
- No te compares con todo aquello que observes en las redes. No todo es lo que parece.
- Dejar tu autoestima en manos de otras personas puede perjudicarte. El número de likes o de seguidores no define tu valor personal.
- Programa y controla el tiempo que pasas conectado a las redes. Si te sirve de ayuda, existen aplicaciones específicamente diseñadas para ello.

- No te impacientes si no puedes responder a los mensajes al momento. Todo el mundo puede esperar.
- No midas con likes tu éxito y tu felicidad. La aprobación de los demás no es necesaria para que puedas vivir una vida plena.
- Vive el presente. Fotografiar y publicar todo lo que te sucede, te impide disfrutar del momento y empobrece tus experiencias.

- Elimina o bloquea las cuentas que puedan perjudicarte o afectarte negativamente. Sigue a las que te aporten y te beneficien.
- Antes de alarmarte por la información que lees en las redes y de compartirla, comprueba que es verdadera y está contrastada. Así, no contribuirás a propagar fake news.
- No permitas que tu teléfono móvil tome el control de tu vida. No te lances a por él nada más despertar y que no sea lo último que ves antes de acostarte.

- Si has perdido el control y necesitas estar constantemente conectado, reconócelo y pide ayuda profesional.
- Valora tu identidad personal y respétate. No te obsesiones con las modas, ni te conformes con ser una imitación.
- Atiende y valora las relaciones sociales auténticas. Las redes sociales pueden ser una ayuda para estar en contacto con personas que se encuentran lejos de nosotros, pero esta manera de relacionarnos no sustituye a las relaciones directas.

Como has podido comprobar, el mal uso de las redes sociales puede perjudicar a nuestra salud mental de distintas maneras. Hacer un uso apropiado de las redes está en nuestras manos. Y, solo así, podremos aprovechar sus beneficios.
Espero que este artículo te haya hecho reflexionar y puedas aplicar algunas pautas si lo consideras necesario. Y, si necesitas asesoramiento profesional, ponte en contacto conmigo. Estaré encantado de ayudarte.

Psicólogo, licenciado en la Universidad de Valencia y estoy colegiado en el Colegio Oficial de Psicólogos de Galicia (nº G-6145).